El Servei Català de Trànsit (SCT), Josep Pérez Moya, explicó hoy que en el 40% de los accidentes mortales ocurridos esta Semana Santa el alcohol y las drogas estuvieron presentes, por lo que "el componente humano fue determinante".
De los diez accidentes mortales ocurridos entre el viernes 14 y el lunes 24, tres conductores dieron positivo a la prueba de alcoholemia y uno al test de drogas.
Pérez Moya valoró las cifras de siniestralidad de forma "muy negativa" porque, aunque ha habido menos accidentes que el año anterior --uno menos--, han sido "más graves". Estos días festivos murieron en las carreteras catalanas 13 personas, una más que en 2007.
El director del SCT señaló que los accidentes fueron seis choques, tres salidas de vía y una embestida. En el caso de los choques frontales, uno de los dos vehículos invadió el sentido contrario, por lo que "alguien se equivocó". Asimismo, las salidas de vía van asociadas a una distracción, remarcó Pérez Moya.
No obstante, hizo hincapié en la tendencia a la baja de la siniestralidad este marzo, en el que han muerto 23 personas, lo que supone una reducción del 24% respecto a las cifras del mismo mes del año pasado, cuando hubo 42 muertos, con la Semana Santa incluida.
Para Pérez Moya, el conductor debe asumir que "conducir es un riesgo" y tener actitudes responsables, aunque dijo no querer culpabilizarlos. Lo importante es trabajar en educación vial a largo plazo, incrementando las campañas de sensibilización y los controles preventivos.
Puso como ejemplo del funcionamiento de los controles policiales, que se incrementaron durante el dispositivo especial de Semana Santa, que en la carretera N-340, una punto negro histórico, no se ha producido ningún accidente mortal, aunque matizó que "no se puede controlar cada kilómetro de la red viaria".
Confió en que la reforma del Código Penal, que endurece las penas por delitos de tráfico graves, tenga una repercusión en el descenso de la siniestralidad vinculada al alcohol, algo que, no obstante, "se verá más adelante".
También aconsejó a los acompañantes que se negaran a subir a un coche cuando su conductor ha bebido, e instó a los usuarios de las vías y al resto de la sociedad a "asumir que socialmente hay un problema". Por otra parte, insistió en que las personas adictas a la bebida deben recibir tratamiento.
Pérez Moya recalcó que la tendencia de Catalunya desde el año 2000 ha sido de un descenso de la siniestralidad viaria del 46%, muy cerca del objetivo para el 2010 fijado por la Unión Europea, de que descienda en un 50%.
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2 comentarios:
http://elmundano.wordpress.com/2008/03/07/las-costumbre-espanolas-2-el-desayuno/
Yo realmente no lo entiendo. ¿Es que uno necesita un IQ especialmente alto para entender que beber y conducir son actividades que se excluyen mutuamente? Cuántas veces hay que cantar aquello de que si bebes no conduzcas. No sé cuantas campañas de Tráfico sobre el mismísimo tema han pasado por los medios de comunicación en mis 34 años de vida, pero cada vez que voy a España veo como la gente se va tan tranquila a tomarse unas cañitas (en plural) y luego cogen el coche. Tan tranquilos. Total, solo han sido 4 cañas oye. En Holanda las parejas se pelean cuando van a una fiesta por ver quién conduce, porque el que conduce se jode y no bebe, como mucho una cervecilla o un vinillo, pero el resto de la noche a coca colas. Al mediodia no se bebe alcohol. Punto. Basito de leche con tu bocadillito. Al que consume alcohol reiteradamente antes de las 16:00 h se le considera un alcólico (excepciones varias, como carnaval y otras festividades alcohólicas, que entonces cogemos la bici, también peligroso, pero es otro tema). Así que yo creo que menos campañas de tráfico y más cambios de costumbres. La educación es responsabilidad de los padres, familia y amigos, y se da con el ejemplo.
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