Hace días que no escribo en el blog, la verdad es que he estado expectante siguiendo la campaña de las elecciones autonómicas catalanas del próximo 1 de noviembre. Soy de los que piensan que estas elecciones son importantísimas y más después de la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía. Además, en estas elecciones se visualiza un cambio generacional de liderazgo, los líderes de la transición pasan a una segunda o tercera línea. También hay un cambio en la concepción de los partidos, después de unos años de crisis de los partidos y de intentar ocultar siglas, en esta campaña se refuerza la idea de siglas y los aparatos de los diferentes partidos son los que asumen el liderazgo de las diferentes organizaciones políticas y, como no, de sus campañas. El PSC se atreve a relevar a uno de los políticos más carismáticos y mejor valorado por la ciudadanía. Y no podemos olvidar que estas elecciones son las primeras que tenemos con una experiencia de gobierno diferente al de Convergència i Unió.
A pesar de todos estos condicionantes, según la mayoría de las encuestas, el mapa político catalán se muestra inalterable, es decir; los diferentes escenarios planteados no dictan mucho de la realidad plasmada en las elecciones del año 2003. Parece que la posibilidad de reeditar el llamado “tripartit” es posible y, queda por ver si será posible la fórmula nacionalista “CIU-ERC”. Es muy probable que el papel de las élites políticas sea determinante en el post 1 de noviembre, éstas tendrán que hacer esfuerzos para llegar a acuerdos y poder formar gobierno. Si observamos la situación actual, podemos ver que los discursos y la campaña del principal partido de la oposición consiste en yo sólo ante el peligro y en una dura crítica hacia el “tripartit” y esto está facilitando que los demás partido, sin contar el PP, se cohesionen de forma mimética. Por todo esto, a día de hoy, si no hay un cambio de escenario, todo hace indicar que si fuese posible la fórmula nacionalista CIU-ERC, tendría que salvar muchos escollos i, en cambio, la posibilidad de reedición del tripartit no. No obstante, tendremos que ver como quedan las diferentes formaciones, ya que la historia nos dice que no hay que descartar ninguna opción.