Con una participación de casi el 85% de los electores se ha demostrado la salud de la democracia francesa. Pensemos que es la primera vuelta de las elecciones y que no será hasta la segunda cuando se decida el futuro presidente o presidenta de la República Francesa. Volvemos, por suerte, al clásico derecha – izquierda, donde podremos comprobar las diferentes propuestas y programas que configuran dos formas de ver la situación de la República y, por tanto, dos maneras de solucionar las problemáticas detectadas. No obstante, estas son unas elecciones presidenciales y, por tanto, también tenemos que tener en cuenta que además de la discusión derecha – izquierda nos encontramos con otros debates que pueden condicionar el resultado final, es la primera vez que una mujer puede llegar a ser la presidenta de la República, tenemos en el centro del debate la inmigración, la nación, la política europea e internacional, entre otros.
Estamos en un momento muy interesante, Sarkozy o Royal, y claro, lo que ellos representan. Tenemos un candidato centrista con casi el 19% de los votos y dado que pueden ser los que determinen la victoria, veremos como los candidatos adaptan sus discursos y propuestas a la satisfacción de estos electores. Por otro lado, parece claro que una parte muy importante del voto al resto de candidatos de izquierdas ha de ir a Segolene y una gran parte de los de la extrema derecha irán a Sarkozy. No obstante, esto quedará supeditado a la capacidad de los candidatos de integrar en sus discursos propuestas para estos que representa los extremos de sus planteamientos a la vez que se acercan a las posiciones del centro político.
Es obvio que aquellos que no sean convencidos irán a la abstención, cosa que hace muy probable que la participación en la segunda vuelta no sea superior a esta primera. Aunque en nuestra vecina Francia nunca se sabe.
Estamos en un momento muy interesante, Sarkozy o Royal, y claro, lo que ellos representan. Tenemos un candidato centrista con casi el 19% de los votos y dado que pueden ser los que determinen la victoria, veremos como los candidatos adaptan sus discursos y propuestas a la satisfacción de estos electores. Por otro lado, parece claro que una parte muy importante del voto al resto de candidatos de izquierdas ha de ir a Segolene y una gran parte de los de la extrema derecha irán a Sarkozy. No obstante, esto quedará supeditado a la capacidad de los candidatos de integrar en sus discursos propuestas para estos que representa los extremos de sus planteamientos a la vez que se acercan a las posiciones del centro político.
Es obvio que aquellos que no sean convencidos irán a la abstención, cosa que hace muy probable que la participación en la segunda vuelta no sea superior a esta primera. Aunque en nuestra vecina Francia nunca se sabe.