13 septiembre 2006

LA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN

Estamos viendo como el debate sobre el fenómeno de la inmigración está llegando a unos niveles no deseables. No podemos situar el debate político en el mismo tono que todas las otras discrepancias entre los dos principales partidos del Estado. No tenéis la sensación, a veces, de estar entre una riña tonta más que en un debate serio de política. No empezaré esta argumentación hablando sobre el efecto llamada o no de ciertas políticas públicas, pero lo que si que manifestaré de forma clara es que podemos constatar como las acciones en materias de inmigración obedecen más a solucionar situaciones puntuales que a una verdadera reflexión y posterior planificación y desarrollo de los instrumentos necesarios para una verdadera política de inmigración, lo que en definitiva nos lleva a manifestar que no hay política de inmigración, entendida esta como una política que afecte todos los campos que el fenómeno abarca. La ausencia de esta política de inmigración, como bien dice Joan Subirats, genera unos ganadores y unos perdedores. Los ganadores son los que se lucran aprovechándose de las ansias de mejorar de los que tratan de alcanzar Europa y los que se aprovechan de esta situación para reducir salarios, condiciones laborales y erosionar condiciones de seguridad. Los perdedores son los inmigrantes, quienes sufren penalidades, los que deben convivir con la miseria de los recién llegados, los que eran beneficiarios de ayudas públicas y que ahora se ven desplazados el penúltimo lugar por recién llegados aún más necesitados que ellos. Por todo esto, creo que necesitamos más que nunca una política de inmigración, esta ha de ser a nivel Europeo y debería estar fuera del debate político partidista y realizarse desde una visión de Estado y de ciudadanía europea. Esta nueva política debería huir de posicionamientos unidireccionales (Ejemplo: tratar el fenómeno sólo en términos económicos o sólo en términos humanitarios, etc.) y abordarlos desde una óptica de conjunto ya que las no políticas de hoy serán conflictos del mañana.

1 comentario:

Enrique Castro dijo...

En cierto modo, la sensación generalizada de que hay una política de confrontación entre partidarios y detractores de laS políticaS de inmigración practicadas en pasado y en presente, obedece a un negocio muy rentable que se llama crispación, y los beneficiarios del mismo son determinados medios de información sociales, tipo "El Mundo", la "COPE" y similares...

Una política de inmigración de Estado, supone que el "interés del Estado" está por encima del o de los programas electorales que la ciudadanía de forma mayoritaria escogió para la gobernabilidad del mismo. Por lo tanto, la neutralidad del Estado no existe, existen políticas realizadas por organizaciones partidarias o partidistas, que con sus aciertos o sus errores las ponen en marcha.

El DRAMA de la inmigración ILEGAL, es que la practican aquellos que desde los paises de origen pueden pagarlas. No son gratis los viajes en pateras. Y si estoy de acuerdo contigo en que las mafias aprovechan estas "oportunidades de negocio" para poder lucrarse de una forma indigna e intolerante.

La Unión Europea se está mostrando completamente ineficaz en este asunto. El ministro del interior ( Rubalcaba )ha tenido que viajar a Africa en dos ocasiones en el último mes, para tratar de establecer controles que de forma común la Unión Europea ha sido incapaz (¿?)de poner en marcha.

En cualquier caso, el fenómeno de la inmigración ilegal hay que analizarlo desde una perspectiva de solidaridad con el mal llamado "Tercer mundo", y al tiempo, deberíamos establecer una especie de control de calidad de lo que nuestras industrias hacen en estos paises...por que al fin y al cabo, cuando haces una misión comercial, invitas a empresarios, estableces contactos mercantiles a través de las correspondientes embajadas...¡ y que carajo!...no todo va a ser dinero fácil.

Un abrazo Santi.